viernes, 26 de junio de 2015

Escenarios de Vida. Aportación a Urban Living Lab

Reproducimos el artículo que nos pidieron en la plataforma Urban Living Lab, formada por amantes de las realidades urbanas, sus complejidades y soluciones.
Esperamos que os resulte sugerente.

http://www.urbanlivinglab.net/espacios-de-vida/         


LAS CIUDADES COMO ESPACIOS DE VIDA | Isabel Sierra

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Desde el discurso de la modernidad, vamos avanzando hacia lo complejo en el ámbito urbano, tanto en el análisis de las propuestas arquitectónicas como en  el creciente interés en recuperar el concepto y la práctica de la planificación como regulador y ordenador de un modelo de ciudad concreto.
Olvidamos a menudo, en este siglo XXI, que las ciudades tienen un sentido primario que se sustenta en un concepto muy sencillo: ofrecer las condiciones de vida óptimas para la vida de las personas.  Cinco mil años atrás, en el 3000 a.c, los comportamientos itinerantes de los seres humanos en busca de alimento y agua, empezaron a cambiar en un contexto geográfico concreto: la cuenca del río Tigris y el Eufrates, en la actual Irak, que por sus condiciones naturales en relación al agua, la orografía y tipo de tierra que permitían un desarrollo agrícola que llevó a generar los primeros asentamientos humanos, como semilla de lo que después ha ido siendo la revolución urbana.  La transformación en el uso de los recursos naturales conllevó el inicio de las sociedades, tal como las conocemos ahora, basadas en la cooperación y apoyo mutuo, en la división de roles, en la mejora cultural progresiva (lenguaje, escritura, pintura, política…) y siempre vinculada también a la innovación tecnológica (a la rueda le siguió el arado, los instrumentos de carpintería o la vela).
Catal Huyuk
Catal Huyuk, en la actual Turquía
También el agua y su salubridad fue motivo de la invención del alcantarillado y el desarrollo urbanístico en las ciudades romanas, aunque no fue hasta mediados del siglo XIX que se inicia el concepto y las prácticas de la salud pública vinculada especialmente a las ciudades, en donde la aglomeración, múltiple usos de los espacios y practicas poco higiénicas hicieron emerger epidemias y múltiples problemas de salud que obligaron a estudiar el entorno de las personas para identificar los posibles riesgos, así como identificar patógenos víricos y bacterianos que sólo tenían un objetivo: evitar los miles de muertes originadas en el entorno de las ciudades. En un estudio de Hauser, en 1.913, se concluye que de las siete ciudades con más de 100.000 habitantes en España, sólo dos contaban con una red amplia y moderna de alcantarillado (Zaragoza y Sevilla), aunque las deficiencias en el suministro de agua eran graves.
Desde entonces, hay criterios técnicos y conceptuales que ya integran las necesidades humanas en las prácticas urbanísticas, aunque no siempre recordamos ya los motivos. Para presentar brevemente cuáles son esas necesidades básicas, apelamos a un autor bien conocido como Maslow que identificó en forma de pirámide jerarquizada los principales aspectos que un ser humano necesita para desarrollarse en una sociedad como la que él conocía, en el siglo XX. Habría que preguntarse si en los últimos decenios la incorporación de las TIC en muchos aspectos de nuestras vidas ha hecho que esas necesidades varíen en algún sentido, pero me inclino a pensar que no demasiado, desde el momento en que se fundamentan en la evolución humana hasta nuestros días, a partir del aprendizaje durante siglos, tanto de las habilidades individuales como de la construcción social.
Piramide_de_Maslow
Pirámide de las necesidades humanas, Maslow 1943
Además de las necesidades fisiológicas, esenciales para la supervivencia, y en las que el entorno urbano vemos que afecta en muchos aspectos, nos encontramos con otras de orden social, cultural e incluso espiritual que también los escenarios físicos en los que vivimos pueden favorecer o no.  Es evidente que algunas de estas necesidades encuentran mayor cobertura en espacios rurales, en los que los riesgos de la contaminación atmosférica derivada del transporte a motor, o el contacto con espacios naturales, esenciales para la necesidad de contacto con el “verde” como especie humana, son más fáciles de conseguir. Sin embargo, otras necesidades humanas no tan primarias sino  más relacionadas con la evolución cultural del ser humano, pueden ser más fáciles de cubrir r en los entornos urbanos, como el acceso a la cultura, la educación, el desarrollo intelectual o  las relaciones sociales diversificadas.
¿Por qué, entonces, está emergiendo en los últimos años esta necesidad de reivindicar la ciudad de todos y para todos?  La propia evolución de las sociedades urbanas desde primeros años del siglo pasado nos ha señalado claros reflejos de sofisticación en el concepto urbano y de alejamiento progresivo de las premisas que condicionan la relación de las personas con el espacio, tanto desde el punto de vista subjetivo como desde el rol de grupos sociales y micro sociedades.
Si tomamos como objeto de análisis la vida cotidiana y nos situamos en el plano de la dinámica de las personas y sus necesidades, vemos que las ciudades no sólo han ido creciendo de forma alejada de la escala humana, sino que este crecimiento ha significado una complicación progresiva de la vida de las personas, al ir añadiendo elementos como el transporte y la movilidad, que van paralelos a la oferta de vivienda accesible y de un empleo, al menos, en el mismo municipio en el que se vive. Siguiendo la cadena, la extensión de la red espacial en la vida de las personas y la no consecuente creación de sistemas de movilidad más ligeros y adaptables a itinerarios en zonas y horas punta, ha consolidado el comportamiento colectivo del uso del vehículo privado contaminante, creando a la vez una solución parcial para el individuo que se desplaza, y también un problema colectivo, ante las concentraciones, atascos y consecuente contaminación del aire que respiramos.
Volvemos así a la base de la pirámide; ahora no podemos respirar en las ciudades. El ciclo ha durado muchos años, era previsible, había soluciones y desde ninguna instancia, ni la particular, ni la municipal, ni la empresarial, ni la estatal, ni la internacional, se han ocupado en estos años en generar soluciones prácticas y colectivas que impidiesen el problema de forma eficaz.  Las enfermedades actuales de tipo asmático y respiratorio están claramente relacionadas con el aire que respiramos, no sólo en la persona que vive en ese entorno, sino que afectan al feto y su desarrollo pulmonar desde el embarazo y ocasionan patologías crónicas respiratorias que van aumentando con los años.  Podemos también hablar de cáncer u otros problemas autoinmunes en los que las características del aire, del agua y de la calidad de nuestros alimentos son claros determinantes y van acumulándose, como un goteo constante negativo, en nuestro potencial de salud al nacer.
Transportar los alimentos de un continente a otro, no sólo requiere de más gasto energético, sino también de un tratamiento químico de éstos que afecta a nuestra salud. ¿Por qué emergen ahora los huertos urbanos?  Por ocupar un espacio colectivo en la ciudad, por introducir el color verde en nuestro escenario cotidiano, por crear y construir algo propio y, también, para comer más sano.  Los movimientos de decrecimiento nos indican la necesidad de reflexionar claramente sobre las dinámicas de nuestras vidas y, sobre todo, en qué se basan, en qué clase de creencias y valores fundamentamos nuestras decisiones cotidianas, nuestras compras, nuestra propia percepción de la vida y lo que nos rodea.
Hemos visto claro que las ciudades son, esencialmente, un espacio para vivir y la necesidad de la ciudadanía de recuperar su espacio ha hecho emerger movimientos vecinales y activistas que reclaman el derecho a la ciudad, como patrimonio propio. Como vemos, no es tan fácil transformar nuestra realidad interna a la liquidez prevista por Bauman,  y la revolución tecnológica que va paralela al desarrollo urbano tendrá, una vez más, que adaptarse a las necesidades humanas.
Isabel Sierra para urban Living Lab, Junio 2015

REFERENCIAS
Bauman, Z. (1999) Modernidad líquida. Buenos Aires. Fondo de Cultura Económica.
Maslow, A (1943) Una teoría sobre la motivación humana.
Sierra, I (2015)  Ciudades para las personas. Escenarios de vida.  Ed. Diaz de Santos

miércoles, 7 de septiembre de 2011

POLÍTICAS URBANAS PARA LA SALUD Y LA COHESIÓN SOCIAL



En Europa no nos escapamos de la tendencia mundial a concentrar la población en las ciudades. La mitad de la población mundial vive en ciudades y se prevé que esta proporción aumente a un 70% hacia 2030 (World Urbanization Prospects, 2009).  No queda tanto. También es en las ciudades donde se consume más del 70% del total de la energía mundial y son las ciudades las que generan el 80% de los residuos y el 60% de la emisión de gases nocivos para el planeta y la salud de los seres vivos.

La atracción que han estado generando las ciudades en las últimas décadas, a causa de la accesibilidad a servicios y trabajo, ha generado una cultura de la concentración urbana que ya apunta a los problemas que comporta.  Si la prospectiva nos sirve para analizar tendencias, deberíamos hacerle caso. Al menos para prever un desarrollo claramente insostenible, tanto a nivel geográfico, como económico y de calidad de vida.  Las nuevas tendencias del urbanismo ya identifican desde hace años la complejidad en la planificación urbana, que afecta no sólo al diseño del mapa de la ciudad, la edificación y las vias urbanas, sino que implica también la integración de las políticas sociales, de vivienda, de movilidad y medioambientales.

Gestionar la totalidad es complicado y puede ser objeto claro de estudio por parte de las últimas tendencias en el análisis de los procesos complejos, desde las teorías de la complejidad (John Bragin, UCLA Human Complex Systems Program, por ejemplo). La complejidad institucional y política se suma a la organizativa y éstas dos deben adaptarse a las variables específicas de la población del municipio en concreto, las relaciones con los diferentes segmentos de ésta, el momento histórico y político y tantos otros aspectos a tener en cuenta en el momento de tomar las decisiones.  La variabilidad es tan grande que podemos considerar el ejercicio del poder, en las administraciones públicas, más un arte que una ciencia y, en ese punto, la idiosincrasia del líder político adquiere aún más importancia. A lo largo de los años, y a medida que la complejidad ha ido aumentando en la gestión pública, la necesidad de buenos equipos técnicos ha llegado a ser insuficiente. Aún siendo imprescindible, cada vez adquiere más importancia el “staff”, es decir, el núcleo directivo que, asimismo, requiere de continuos cambios en su perfil. Si hace veinte años, en España al menos, era necesario disponer de buenos técnicos y técnicas, conocedores del sector específico, en estos momentos eso no es suficiente, sino que han de ser además capaces de mantener a la organización en continua evolución, fomentando el interés y la implicación de los profesionales,  así como implantando un proceso de mejora continua que adapte al máximo las respuestas a las necesidades de la población.  Flexibilidad, creatividad, autonomía, visión de futuro son los elementos que hoy, tanto en las empresas como en el sector público, son necesarios, tanto en las organizaciones como en sus directivos/vas.  Difícil reconversión de la cultura organizativa, especialmente en el sector público, donde las inercias son tan fuertes y las resistencias a perder privilegios pueden más, a menudo, que el interés social de la propia institución.

Por otro lado, en el desarrollo urbano es necesaria, más que nunca, una compactación de esfuerzos entre el sector público y el privado. La reciente burbuja inmobiliaria que ha afectado a los países europeos en mayor o menor medida, con las consecuencias económicas que ya sabemos, ha puesto de manifiesto una relación poco eficaz entre los dos sectores. Las políticas de vivienda han sido infravaloradas en las últimas décadas por las administraciones públicas, dejándolas en mano del sector privado, desvistiéndolas de su función social e integradora y dejando paso,  así, a la especulación masiva que ha llevado a muchas familias a las dificultades en las que ahora se encuentran.

Viendo las políticas urbanas también como políticas sociales tal vez se hubiera evitado este desvío de intereses.  Desde el ámbito municipal, especialmente, es desde donde pueden integrarse todas las políticas, siempre buscando el equilibrio social y territorial.  La participación social en la planificación urbanística viene siendo una práctica habitual en nuestro país, aunque con mayor o menor intensidad, según la Comunidad Autónoma. La actual Ley de urbanismo de Catalunya, por ejemplo, exige este parámetro en el proceso de planificación urbanística local, así como un estudio del impacto medioambiental.  Sin embargo, el análisis del impacto social y/o en la salud de la población es aún incipiente. La Ley de Barrios de Catalunya impulso un modelo de integración de políticas urbanísticas, sociales y de promoción económica para aplicar en aquellas áreas urbanas necesitadas de regeneración y rehabilitación. La experiencia nos ha enseñado mucho, tanto en cuanto al efecto indirecto sobre la cohesión social que tiene la regeneración urbana en núcleos geográficos concretos, como las posibilidades que otorga la acción integrada entre las políticas urbanas, sociales y económicas.Aunque seguramente en el presente las prioridades en el desarrollo urbano no pongan el énfasis en el urbanismo, es conveniente reconocerlo como estrategia de transformación global en las ciudades.

En esta línea hay diferentes experiencias que, tanto desde Europa como a nivel internacional, se han ido configurando en los últimos tiempos, herederas probablemente de las iniciativa URBAN de los años 90.  Desde la Organización Mundial de la Salud, por ejemplo, existe el proyecto “Ciudades Saludables” que ha ido extendiendo su modelo en unas sesenta ciudades europeas, y que promueve tres líneas básicas: el urbanismo saludable, la promoción de estilos de vida saludables, y la evaluación del impacto en la salud humana de las otras políticas urbanas.  También desde Naciones Unidas, en el marco de la iniciativa ONU-HABITAT, se impulsan proyectos estratégicos de gran calado para mejorar las condiciones de vida de las personas que viven en las ciudades: en el ámbito de la gobernabilidad, de la inclusión social, la salubridad en el agua e infraestructuras, la vivienda, la lucha contra el cambio climático, la gestión del riesgo ante catástrofes naturales y la seguridad.

El proyecto “100 cities”,  por ejemplo, desarrolla la “Word Urban Camping: Better City, Better life” que facilita un modelo de gestión de la complejidad en el ámbito local que favorezca la creación de sinergias y compromisos entre el sector privado, el público y la propia población. Todo ello, con el objetivo de hacer más equitativos,  sostenibles y gobernables los entornos locales. 



        
Todos sabemos que, a pesar de los beneficios de los abordajes complejos y transversales en las políticas públicas, la generación de las dinámicas necesarias y su consolidación en forma de proyectos viables es complicada.  No sólo requiere de condiciones coyunturales propicias, sino también de organizaciones preparadas para la gestión de la complejidad, con liderazgos creativos y flexibles, como comentaba anteriormente, que sean capaces de sumar y multiplicar el conocimiento colectivo, el compromiso y la generación de ideas viables.  Si bien los líderes políticos de ciudades tienen o desarrollan esa visión global, es más complicado con los dirigentes técnicos y profesionales. La parcelación de los ámbitos de conocimiento, así como la desconfianza tradicional hacia otras áreas de saber, además de los posibles prejuicios hacia éstas o sus representantes, puede hacer difícil la conexión de las ideas y la construcción de proyectos comunes.

Una de mis más recientes experiencias se fundamenta en ese ejercicio de creación de un proyecto nuevo a partir de saberes diversos y parciales. El objetivo? Vincular las necesidades de las personas, desde el punto de vista social y de la salud, a los criterios de la planificación urbana en las ciudades. La concreción en una propuesta local y adaptada a nuestro entorno, que pueda servir de punto de partida a cada ayuntamiento, se ha enmarcado en las iniciativas internacionales antes mencionadas. Conciliar la particularidad de nuestro entorno con la generalidad de la condición humana es una de las tareas que más nos han ayudado a centrar nuestro proceso creativo. Si bien cada ciudad es diferente, todas las personas necesitamos lo mismo: agua y aire limpios, seguridad y movilidad, vivienda digna, espacios sociales y lúdicos, acceso a servicios y contacto con la naturaleza. Podeis leer un resumen del proceso inicial en: 



El diseño de los entornos urbanos a escala humana, partiendo del análisis de la vida cotidiana de las personas, es una línea fácil de seguir conceptualmente, aunque en las grandes ciudades actuales ya se haya perdido esa dimensión y sea necesario aprovechar los procesos de reforma y regeneración para introducir las mejoras.  En las ciudades medianas y pequeñas, con más margen de maniobra, las estrategias serán particulares, en función de sus características específicas, pero sin perder de vista los parámetros de calidad de vida que hoy día conocemos como óptimos.

Mirar hacia el futuro, conociendo el pasado, nos obliga a ser consecuentes con los aprendizajes adquiridos: escala humana, sostenibilidad económica y medioambiental, generación de oportunidades en el trabajo y el acceso a los servicios, promoción de la interacción social. Justo lo que todos y todas necesitamos como seres humanos.

lunes, 29 de agosto de 2011

INTEGRANT POLÍTIQUES SOCIALS




Reconec que no he pogut acomplir el meu desig de desconnectar durant les vacances. He esperat, malgrat això, a tornar de forma oficial per compartir el pensament. Són quinze anys treballant en el sector del Benestar Social i dotze en el de Salut com per no tenir res a dir.  Però la forçada demora m’ajuda a haver pensar més de dos cops el que em passava pel cap i a donar-hi una volta que m’ajudi a extreure un punt de vista positiu –el que em cal- per seguir endavant.

A Catalunya portem uns mesos moguts en relació a les polítiques socials: retallades en l’àmbit sanitari, molt discutides tant a nivell professional, com ciutadà i polític.  Aquest mes d’Agost li ha tocat a les polítiques de Benestar Social, amb un intent de discreció que no ha estat possible. La “revisió” de la PIRMI, o renda mínima d’inserció, és un tema prou sensible com per fer-ho amb un nivell de consens elevat i amb uns criteris objectivament tècnics, de forma que no esdevingui combustible per a la crítica política i ciutadana.   Dues actuacions que semblen impulsives, poc meditades i menys consensuades.  L’estalvi econòmic s’ho val?  El debat està en la estructura dels sistemes, no cal oblidar-ho, i les accions impulsives nomès afecten a la conjuntura present. En tot cas, que la urgència no ens faci oblidar lo important.

Voldria plantejar alguns aspectes, encara que superficialment, no per que tingui afany de crítica, si no tot el contrari: m’interessa especialment aportar tots els elements que pugui per a que aquestes polítiques facin un pas endavant, en quantitat i en qualitat. Per que son polítiques substancials a l’exercici dels Drets Humans, com ho és la justícia; per que donen la talla d’una societat determinada; i per que els temps que venen ens demandaran, malauradament, més innovació i encert en l’atenció a les persones.

En primer lloc, reconèixer que fa molt de temps que el sector professional i gestor en aquests àmbits te identificats diversos problemes que no s’han aconseguit resoldre del tot:

-  la dificultat en la fiabilitat de les dades i l’agilitat dels mecanismes d’actualització.
-  la dispersió en la obtenció de la informació d’usuaris, en tractar-se de sistemes molt descentralitzats.
-  la manca d’instruments de gestió de la informació. Tot just fa poc es va implantar la Història Clínica compartida en el sector de la salut.

En segon lloc, cal revalidar la iniciativa de molts professionals i experts/es en relació a la compactació de serveis de salut i socials, especialment per a determinats col·lectius que son usuaris assidus i/o crònics d’aquests serveis i requereixen no només un “gestor únic” per al seu cas, si no també un projecte individualitzat, que reculli tots els aspectes sobre els que cal una intervenció.  Afegeixo tanmateix, en aquest sentit, una idea que encara és difícil de concretar, com és la gestió de “casos familiars”, en els que es pot fer una lectura global de les problemàtiques tant socials com de salut de famílies senceres i els seus membres. L’origen de les desigualtats socials en salut, de la pobresa i la marginació social, solen tenir arrels comunicants i, abordant-les alhora, s’obté molt més resultats que per separat.

En tercer lloc, es necessari ordenar el sistema social, d’acord a la Llei de Serveis Socials aprovada pel Parlament fa pocs anys, no només en quant a Cartera de Serveis si no també a nivell territorial, tenint en compte que la pobresa i la marginació social no son fenòmens estàtics si no que estan subjectes a mobilitat, així com a la qualificació del grau de risc personal que comporten.  Tenir un mapa dinàmic dels barris i ciutats on es concentra el risc social per als diferents col·lectius seria molt útil per encetar un quart aspecte que ja assenyalo: la manca de planificació social. Els serveis socials mantenen una inèrcia reactiva, es a dir, responen als problemes però no s’avancen. La construcció des dels ajuntaments dels serveis d’atenció primària, amb la dispersió en els models i ritme de creixement poden explicar en part aquest fenomen, que no passa a l’àmbit sanitari.  Malgrat això, ja és hora de disposar d’una planificació en l’àmbit social que integri, no només els instruments d’anàlisi de la informació, si no especialment, sigui capaç de definir objectius estratègics a mig i llarg termini i també de definir els recursos econòmics, personals i normatius per desenvolupar-los.

Catalunya és diversa, es cert, però les necessitats de les persones son comunes i pertany als governs autonòmics cercar les fórmules adients per tres línies estratègiques cabdals, tant en salut com en benestar social:

1.      Avançar-se als problemes:  estudiar realitats, planificar accions, implementar programes de prevenció primària, secundària i terciària. Amb la diversitat territorial necessària.

2.      Guanyar en eficàcia en l’atenció a les persones:  es necessari revisar les prestacions, tant socials com sanitàries, que siguin més efectives (segons evidència científica). Actuar decididament en la compactació de serveis socials i sanitaris que actuïn sobre el mateix col·lectiu, compartint informació, estratègies d’intervenció i professionals. Implementar l’avaluació continuada en tots els nivells del sistema: usuari/a, servei, gerència, territori, professionals,etz

3.      Assegurar la integració de les persones que es veuen afectades per a una problemàtica social i/o de salut. Integració en l’àmbit del treball, del lleure, de la seva comunitat i participació social.

Hi ha molts punts sobre els que recolzar-se mútuament per guanyar en potencia i efectivitat en l’acció social i de salut.  Per què no comencem per aqui des del Govern, com ja fan molts ajuntaments de Catalunya i la resta d’Europa fa temps?

Podem estalviar guanyant en eficàcia o estalviar enfeblint les dinàmiques dels sistemes i creant malestar entre professionals i ciutadania.  Hi som a temps: diuen que les crisis signifiquen oportunitats.... es cert, si s'apunta a la direcció correcta.

viernes, 22 de julio de 2011

Talento para el Progreso

      















Cuando una sociedad se mueve, ha de ser hacia adelante. Cuando un momento histórico es relevante, redirecciona el futuro en un sentido u otro. Cuando el miedo al cambio y al progreso se instala en una organización (una institución, un gobierno, una comunidad...) su fin está cerca.  La historia nos enseña que la evolución de los diferentes elementos de nuestra sociedad no siempre sigue el mismo patrón: en algunos casos, se transita hacia un nuevo estado como en el caso de la metamorfosis), se produce una mimetización con el entorno para incorporar diferencias (sistema productivo, cultura, cambios en las especies animales ...) o bien se hace necesaria una ruptura, un cierre de ciclo definitivo.  Ningún formato es bueno o malo en sí mismo, pero sí ha de ser adaptativo. La teoria de la evolución de las especies de Darwin y sus posteriores desarrollos y aplicaciones significó una ruptura en sí misma, una nueva forma distinta de interpretar el mundo. Einstein, hasta que no se demuestre lo contrario, también nos hizo girar del todo la mirada, al definir unas reglas para entender nuestro mundo claramente diferentes a las que le precedieron.

No sólo los científicos: también artistas, como Joseph Niépce, que en 1.826 realizó la primera fotografía, aunque fué la Academia de las Ciencias y Bellas Artes de Francia, en 1.839 la que obtuvo la patente y la declaró oficialmente inventada. La pintura, desde entonces, no fué igual y pudo liberarse de la esclavitud del realismo para poder flotar en universos distintos.  Mozart giró también la construcción mental de la música y dedicó su escaso tiempo a intentar compartir, convencer, seducir con aquel sonido que era diferente, poco convencional, sólo apto para mentes abiertas.

La mayoria de los que nos aportan cambios de paradigma sufren por ello.... o llegan demasiado tarde a ver el reconocimiento.  Las mentes suelen ser perezosas, conservadoras, tendentes a observar lo que se espera -como nos enseña la teoría de la Gestalt- y no lo que realmente es.  La percepción abierta requiere un espíritu crítico, no porque se oponga a lo establecido, sino porque quiere ir más allá. Una palabra que, curiosamente, genera rechazo y que es la única actitud honesta y generosa con la humanidad: la del científico que, aún sabiendo, duda de lo que sabe y no por inseguridad personal, sino por afán de saber más. 

Quiero resaltar el valor de muchas personas que, en nuestra vida cotidiana, han de luchar contra la incomprensión de los "conservadores de mente", esa legión que mantiene el establishment, el equilibrio, la homeostasis. Ya Von Bertalanffy nos enseñó, con su Teoría General de los Sistemas, que todo está relacionado y que los sistemas interactúan en un orden natural que va del equilibrio al cambio y viceversa, en un baile constante que les ayuda a mantenerse, crecer y reproducirse.  Tanto en lo bio, como en lo psico, como en lo social, los sistemas se relacionan constantemente, a veces de forma harmónica a veces de forma disruptiva, lo percibamos o no.

Estas personas que, por su inquietud mental, su visión panorámica, su generosidad intelectual, no se conforman con lo que ven, lo que les explican, lo que parece evidente... estas personas también lo pasan mal.  Son diferentes, no encajan, pueden incluso tener dificultades en las organizaciones muy jerarquizadas, rígidas, poco orientadas a la creatividad.  En definitiva, o se es creativo/a o se es obediente. Es más, para ser creativo hay que poder salir del cuadrilátero marcado por normas y costumbres totalmente aleatorias (podrían ser otras) para poder ver desde arriba el mismo plano, desde un lado, desde abajo... viendo nuevas perspectivas, encontrando nuevas soluciones.  Ver en plano o ver en volúmen, ésta es la cuestión.

Necesitamos más irreverentes, no sólo indignados. Personas que crean que otras soluciones son posibles, que utilicen los métodos que nos aporta la ciencia para indagar más allá, para buscar nuevas conexiones entre disciplinas que nos permitan un mayor conocimiento de nuestro mundo. Que sepan también profundizar en lo que sabemos, cuestionarlo y volverlo a construir. Sin miedo.  Y hace falta que las estructuras (universidades, empresas, plataformas, administraciones, partidos políticos, lobbies...) les faciliten espacios para pensar, dudar y renovar. 

El miedo está impidiendo en nuestra era que los avances de las diferentes disciplinas de la ciencia nos lleven a un progreso real. Porque no se comprende su alcance, no se transforma en aplicaciones concretas de forma suficientemente clara como para que técnicos y políticos las asuman como propias. Nos estamos distanciado, científicos y políticos, de nuestro mismo objeto: el progreso social.  Y existen formas de conectarlos, de mantenerlos unidos, reforzándose mútuamente.

Giscard d'Estaing impulsó en 2.009 ATOMIUM CULTURE, una iniciativa para aunar esfuerzos de universidades, cedios de comunicación y entidades civiles, en la promoción de la difusión de la ciencia y de su conexión con el mundo. La voluntad de conectarse a plataformas como ésta es sustancial para que LA POLITICA, como sistema (con reglas, criterios y herramientas propias) tenga interés en interactuar, en comprender, en aprender y también enseñar.  Trabajo hace muchos años en la administración pública, por mi afán de hacer y no sólo pensar. Una es así, que le vamos a hacer.... Pero también hace más de quince años estoy conectada, con más o menos intensidad, con el mundo académico. Porque sé lo que éstos necesitan para seguir vinculados a la realidad y ellos me aportan lo que yo necesito para aprender sobre ella y, especialmente, porque de nuestra relación, de nuestra interacción, emergen nuevos seres conceptuales, nuevas iniciativas. 

Para crear hay que mezclarse: lo dice la naturaleza. Y yo digo que ceder algo de ti misma, compartirlo con otro, para captar otras luces, otras voces y miradas es de las acciones humanas más satisfactorias que podemos ejercitar.  Y además, facilitamos el progreso de lo común, que también es nuestro, que también somos todos.

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lunes, 30 de mayo de 2011

CIUTATS GLOBALS



A les ciutats es concreta tot... les compres, anar a l'escola, arribar tard per un embús, gaudir de l'aire i el sol a una terrassa, assistir al ple, respondre a la telealarma, anar a paga l'IBI... tantes i tantes coses que donen compte no només del que el nostre Ajuntament fa o no fa, si no de les decisions que altres - institucions, empreses o altres organismes- han pres i ens afecten.  Quan més lluny està el lloc on es prenen les decisions més fàcil és no respondre a les necessitats de les persones i més capacitat d’adaptació d’aquestes requereix i més incomprensió.

Les darreres eleccions, per aquesta raó, son molt més importants del que tots i totes érem conscients quan vàrem ficar el nostre vot a la urna. Ho vàrem fer per responsabilitat, per fer fora als que ja hi eren, per reforçar el grup minoritari que fins ara estava arraconat i ens representa, per castigar un “poder abstracte” al que atribuïm moltes decisions que ens afecten i que, en aquest cas, era un poder només representat per un alcalde o una alcaldessa.  S’ha votat amb l’estómac, amb la nàusea, o amb els collons, alguns amb el cor, segur, però hi ha hagut poc cap, poc cap....

On ens porta aquesta Catalunya blava, aquesta Espanya de dretes,  empaitada pels bancs i els governs europeus de la dreta?  Ens hem hipotecat massa, diuen... segur que sí, però per a quin tipus de despesa?   Ens ho han dit?  NO

No sabem, no entenem i no confiem. S’ha vist a les urnes i han pagat els que menys responsabilitat tenen en aquest nou ordre –o desordre mundial- : els ajuntaments.  L’àmbit local és el proper, el familiar, aquell on podem fer-nos sentir més per resoldre els temes de la nostra ciutat, per mitjà del vot, però també de les propostes a través dels partits de l’oposició, per mitjà d’associacions,  fent propostes col·lectives.  Ara, els nous dirigents de molts ajuntaments tenen un repte clau: refer la democràcia des de abaix. I no és un repte fàcil però els hi reclamem per que la seva és la única escola possible de responsabilitat política, de demostrar un estil de fer política obert i corresponsable amb la ciutadania, ètic en el fons i en la forma, transparent i orientat el cent per cent en els interessos col·lectius. 

En les nostres ciutats i pobles es concentren totes les energies, totes les esperances i tota la força de transformació. La credibilitat de la democràcia i dels polítics i polítiques com els seus representants està tocada i és ara el moment d’articular mecanismes de qualitat democràtica i de bona gestió a tots els ajuntaments, independentment del seu color polític. Fer, a més, pedagogia de la política i, sobretot, que la política sigui un “negoci” de tota la ciutadania i no només dels seus representants.

Tenim en joc poder mantenir i millorar unes ciutats i pobles que ofereixin un espai físic i mediambiental que faciliti la salut i qualitat de vida de les persones, el sentiment de pertinença a un lloc en el món, la possibilitat d’establir relacions i vincles, i de generar cultura col·lectiva i cohesió entre les persones i els grups socials. Ciutats i pobles en els que el creixement sigui harmònic, sostenible dins els paràmetres econòmics i ecològics de l’entorn i, especialment, que compti amb tothom, amb les seves diferències i potencialitats.

Tenim molt per a seguir treballant i tot per a que les persones que viuen a les nostres ciutats i viles puguin estimar-se el seu lloc en el món, treballar per a ell i vincular’s-hi, hagin nascut aquí o a fora.

A les ciutats es concreta tot.. i també el positiu. Necessitem amb urgència que els nostres polítics i polítiques entenguin el missatge de la societat dels darrers mesos i setmanes. Fa temps que expressen el seu desencant i fa temps que no s’els escolta. Que no sabem trobar respostes per a tornar a generar la confiança i el crèdit en la política com a transformadora de la realitat.  És cert que la realitat, darrerament, es més difícil, multifactorial i complexa, però també es cert que la nostra societat ha madurat, te criteri, vol que la política respongui a les necessitats i expectatives i, ho pugui fer en una mesura o un altre, tracti als ciutadans i ciutadanes com a tals, escoltant, donant explicacions, assumint responsabilitats quan toca, seleccionant adequadament els representants polítics... Joc net, en definitiva.

Ens demanen clarament poder tornar a confiar amb la política... sempre que millori, es faci major d’edat d’una vegada per totes, deixi de jugar amb els adversaris i es prengui en serio la seva responsabilitat davant la societat.  Només mirar cap endins no els hi donarà la solució als partits polítics. Si aixequem el cap, parem les orelles i tornem a un discurs clar i serè que avaluï el present per a projectar-se cap el futur, ho aconseguirem. Si no ho fem les esquerres, no ho farà ningú.

miércoles, 18 de mayo de 2011

QUÉ PARTIDOS PARA QUÉ DEMOCRACIA



QUÉ PARTIDOS PARA QUÉ DEMOCRACIA


   La sociedad está en pié, empieza a levantarse. Parecía que hasta que alguien de considerable edad nos dijo “Indignaos!!” nadie se atrevía a levantar una voz colectiva. Para algunos de nosotros, estaba claro. Lo que algunos consideraban desafección de la política, otros le llamábamos descontento y los partidos no entendían, no reaccionaban. (http://www.noucicle.org/lhora/?p=2033)

   Cuando hay malestar, todo se mezcla: los depredadores económicos internacionales, los movimientos de levantamiento en el norte de África, los reintentos de salvación del mundo de los Estados Unidos…. todo nos lleva a un solo lugar: el descrédito de las acciones políticas y de gobierno. Desconfiar de quién nos gobierna es el principio de las revoluciones: según los ciclos de la historia, fue el fin del imperio maya, de la civilización egipcia, del inicio de la Revolución francesa y de la caída de muchos regímenes en el mundo.

   El descontento mueve a los colectivos y ahí entra todo. Estamos asistiendo, en las últimas semanas, a manifestaciones reactivas a situaciones concretas (recortes en sanidad, educación y prestaciones sociales en Catalunya), en contra de Bildu y su participación en la política vasca, y otras encabezadas por jóvenes descontentos con el futuro que les espera… (http://democraciarealya.es/?page_id=88)
   La más reciente ingeniería política occidental que ha conseguido desplazar las guerras a los países en los que tiene intereses económicos y utilizar otros mecanismos para descabalgar a los líderes y partidos en el poder no pasa desapercibida por la población, cada vez más informada y con más criterio político. Los medios de comunicación son artífices de esta puesta en escena: nos lo sirven como ellos quieren, reducen o amplifican los efectos de las acciones y posturas políticas, añaden o quitan información, maquillan y escogen.  Especialmente escogen lo que publican y lo que no. Lo que, según su criterio, interesa al público. Sin valorar consecuencias, sin reconocer el efecto antropológico que tiene en nuestra cultura, en nuestra base social.

   Las opiniones se crean, estamos de acuerdo. Y en base a qué?  La cultura de origen, la que viene del hecho de que hayamos nacido en un lugar u otro, en una familia u otra, ha cambiado con el paso de los años, pero no tanto. Pero en cuanto el niño/a se “expone” a la sociedad, los inputs informativos son inmensos, a veces equívocos y a menudo contradictorios. La construcción de la identidad cultural y social en las personas de nuestra sociedad cada vez es más compleja y más diversa. Pero hay algo en común: la influencia de la información –no siempre verídica, no siempre neutra- en nuestra posición ante la sociedad.

   Nos dice Innerarity que “no esperamos de la política más que una representación de nuestros intereses, y ésta ha dejado de ser el espacio donde realizar un proyecto de gran alcance. Este fenómeno tiene su raíz en el agotamiento de las grandes utopías, el fin de las grandes ideologías, y en ese sentido es más antropológico que coyuntural”.  Ante estas modificaciones sociales, las posiciones clásicas de izquierda y derecha tienen actitudes diferentes: la izquierda espera mucho más de la política, conseguir la transformación social, mientras que la derecha se conforma con mantener las reglas del juego para que los intereses individuales tengan oportunidades.

   A la izquierda se le exige más y los propios partidos de izquierda sólo avanzan a partir de crisis i regeneraciones internas, mientras que la derecha es mucho más flexible y acomodaticia a las demandas sociales. Menos ética pero más adaptable. La izquierda cree representar los intereses de la mayoría, aunque ante las urnas suele quedarse sorprendida de que los votantes no le confíen sus expectativas y aspiraciones. ¿Dónde está el desencuentro?

   Desde mi punto de vista, la flexibilidad es ahora más necesaria que nunca. No para abandonar los valores y principios de la igualdad, libertad y fraternidad, sino para adecuarlos al lenguaje cognitivo de la población y, después, al lenguaje verbal.  Una actitud, si quieren científica, que permita dudar de las premisas iniciales y revalidarlas: cuáles son las necesidades y expectativas de la ciudadanía en la sociedad actual, cuáles son sus creencias y opiniones respecto a la acción política y en qué están fundamentadas. En definitiva, una visión sociológica, antropológica que acerque a los partidos de izquierda a la sociedad real, actual. Primero deberán vencer la desconfianza para que la sociedad permita el acercamiento. Después tendrán que definir nuevas formas de comunicación con la gente, más directas, más honestas, más comprometidas. En tercer lugar, necesitarán encontrar y/o reafirmar a perfiles políticos claros que no sólo sepan hablar sino también escuchar.

   La izquierda tiene un reto importante que consiste en que su mensaje sea creíble. Y para eso, debemos revisar el mensaje, para que se adapte a la sociedad actual y a la previsión de una sociedad futura. Debemos plantearnos nuevas fórmulas de comunicación, con el objetivo que tiene ésta: emitir y recibir mensajes pero, sobretodo, dialogar y llegar a acuerdos. Debemos conseguir que nuestros representantes estén preparados/as para ello y, además, se lo crean.

   En definitiva, considerar a la ciudadanía como mayor de edad, estar abiertos a nuevas formas de organización política y flexibilizar las estructuras de los partidos: que gestionen mejor el conocimiento interno, que conecten más con las sedes locales, que encuentren vías de comunicación efectiva con la gente.

   Estamos en ello.

jueves, 24 de marzo de 2011

POLÍTICAS : EN FEMENINO

MUNICIPALES                  LISTAS                PORCENTAJES


¿No tienes la sensación de que estamos siempre ante unas elecciones? Si es una sensación propia de los que nos movemos en el mundo de la política o la tiene la ciudadanía en general es una incógnita. En todo caso, los medios de comunicación se esfuerzan también en dar esta impresión: de qué hablarían, sino?

La política ha pasado de ser un elemento residual entre las preocupaciones de las personas a ser una de las principales preocupaciones -la tercera según el último estudio del CEO- en su vida. Paradójicamente, tenemos la llamada "desafección política", interpretación que unos hacen de los sentimientos de los demás, es decir, los que hacen la lectura del resultado de las elecciones respecto a las intenciones y emociones de los y las electores / as.

Cualquier experto/a en comunicación humana podría ver que existe una divergencia clara en la lectura de la realidad: los que se ocupan de "la política" como actividad principal, forma de  trabajo y viven de ella (los medios de comunicación, entre otros) hacen una valoración peyorativa de la actitud de la ciudadanía: no hay interés, es culpa del individualismo, se está perdiendo la cultura democrática.... En otra ocasión abordaré esta cuestión. Lo que ahora me interesa señalar es que esta supuesta desafección no se corresponde, en su totalidad, al sentir de la ciudadanía. El voto en blanco, la abstención, el escaso interés en participar en los partidos políticos por parte de los jóvenes es una señal que nos podría indicar que este es el sentir de la sociedad. Pero la múltiple existencia de iniciativas que provienen de la sociedad civil, como asociaciones temáticas, movimientos antisistema más o menos afortunados y especialmente la potencia y dinámica de las redes sociales, nos hacen pensar lo contrario.

Como la tradición y la lógica de partidos, todavía ahora, no contempla preguntar directamente a las personas, si no interpretar en base a otros criterios, la interpretación de unos y la realidad de los otros no encajan. ¿Podría alguien interpretar, con más apertura de pensamiento y más honestidad, que el sistema de partidos se ha alejado en los últimos años de la sociedad? ¿Alguien tiene interés en realizar un estudio sociológico real -no sólo de intención de voto- que identifique los actuales perfiles de nuestra sociedad, los valores sociales y culturales que se van consolidando, las estrategias de afrontamiento ante las dificultades, las tendencias de futuro?

Yo si, realmente. Si los partidos políticos tienen voluntad de servicio y es por ello y sólo por eso que están legitimados para representar el bienestar común, les debería interesar. Saberlo y reformarse en base a ello. Reformas que deberían recuperar algunas formas tradicionales de hacer política y nuevas posibilidades, que conecten con la ciudadanía, sus intereses y formas de comunicación.

Las mujeres. Las mujeres políticas somos las que las seguimos usando. No sólo las mujeres, evidentemente, pero sí mayoritariamente. Nos hemos incorporado a la política cuando los hombres ya llevaban años y siglos ... Hemos aprendido de ellos, indudablemente, pero también hemos identificado lo que no nos gusta: falta de proximidad ante la ciudadanía, tendencia a tomar decisiones previamente a las reuniones donde todo el mundo cree que se deben tomar las decisiones, actuar de forma individualista, ponerse por delante de las prioridades del grupo, ejercer un liderazgo agresivo y pseudo-heroico, no aceptar fácilmente las críticas, dejar de lado a las mujeres en sus equipos, apostar más por temáticas "masculinas" (vinculadas a los juegos de la infancia, seguramente, y al papel social que se espera de ellos: obras públicas, economía, vivienda ...) Reconozco que no todos los hombres actúan así, pero si alguien actúa así, suele ser un hombre.

Por otro lado, descubrimos que hablar con la gente nos gusta y se nos da bien, que liderar equipos con un estilo participativo y proactivo resulta más eficaz, que pedir ayuda a compañeros y compañeras no te desmerece, que somos capaces y podemos hacerlo igual o mejor que ellos, que tenemos que poder revisar el orden de las cosas para ponernos más cómodas (horarios, sistema de toma de decisiones, imagen propia, estilo de comunicación ...) sin renunciar a ser quien somos.

Pero, además, hemos aprendido a saltar obstáculos continuamente, no sólo de nuestros enemigos as políticos/as, sino también de los "nuestros”: compañeros cercanos, en el trabajo, el partido, la vida... especialmente los que no nos entienden, nos encuentran débiles en nuestro estilo de liderazgo, nos halagan sin convencimiento, nos hacen sutilmente el vacío, nos sitúan en las áreas menos interesantes políticamente, nos protegen sin necesitarlo y nos utilizan en beneficio propio (habiendo dejado claro, previamente, que nosotras valemos mucho)

¿Estás sonriendo? Bien, eso es señal que ya has superado ese momento. Si estás preocupada y triste después de leerlo, quiere decir que te has de levantar rápidamente y empezar a tomar decisiones: ¿qué es lo que deseo, para que estoy preparada, con quien cuento realmente, de qué tengo que prescindir, a quien no le tengo que hacer caso, hacia dónde quiero ir, podré superar los obstáculos si ....

En mi trabajo de coach para políticos y políticas he encontrado muchos elementos en común, relativos a una tarea dura ya menudo ingrata, desconocida para la mayoría de la población, y que requiere de personas con convicción real y resistencia. Pero también he encontrado mucha homogeneidad en los problemas específicos de las mujeres. Algunos se derivan de las condiciones externas: cómo funciona su partido, que tienen alrededor, como son sus adversarios políticos, etc. Pero otros tienen una raíz más profunda, que se fundamenta en el rol interno que todavía asumimos las mujeres: hemos de ayudar a otro a crecer, a prosperar, no está bien visto que seamos ambiciosas; destacar sobre los demás, especialmente si son hombres, tiene un precio muy alto, tener éxito nos obligará a abandonar otros deseos, como el de ser amada por una pareja o tener hijos y poder hacerse cargo. Mitos para inducir el miedo.

Las creencias marcan a menudo el destino y la vida de las personas. ¿Qué capacidad tiene una persona para desmarcarse de aquellas creencias que la invalidan, que van en contra de sus deseos, que la auto-boicotean, es algo que varía según la inteligencia, el apoyo personal externo y la propia experiencia . Las mujeres tenemos una tendencia generalizada a trabajar más para conseguir menos... y en resignarnos a que esto sea lo normal!

El apoyo de los profesionales de la ayuda, especialmente en el caso de las mujeres, pone el foco en incrementar la fuerza para defender los propios deseos y capacidades, para darlos por buenos en sí mismos, sin esperar la autorización de otras figuras de autoridad que suelen ser hombres. Hay una trampa en esto, una trampa auto infligida de forma más o menos consciente que me ha hecho comprobar, una y otra vez, que una mujer que se siente segura de su valía y sus convicciones políticas, suele estar a la espera de la aprobación de los demás durante años. Que puede poner esta capacidad al servicio de otras figuras de autoridad, prefiriendo quedarse en un segundo plano. Que puede boicotear su propia valía cuando tiene que hablar en público, dirigir un equipo, o encabezar una posición contraria a la corriente general.

Tenemos que avanzar, amigas. Seguir avanzando, basándonos en los progresos conseguidos por otras mujeres antes que nosotras; precisamente por el esfuerzo hecho por muchas de nosotras antes y ahora. Los esfuerzos deben seguir dirigiéndose a favorecer las condiciones externas para que las mujeres puedan acceder a puestos de poder, tanto en cargos públicos como en cargos orgánicos de los partidos políticos. En segundo lugar, a hacer visibles los esfuerzos de muchas mujeres que trabajan en la política, con sus aciertos y dificultades específicas. En tercer lugar, más sutil pero no menos importante, a apoyar activamente a muchas mujeres para que alcancen el rol político con determinación y seguridad personal, con un estilo propio y con el valor de crear tendencias en la política, en la línea en la sociedad lo pide: con compromiso, diálogo, confianza y rigor.

Necesitamos más izquierda, más mano izquierda, más mujeres en la política y en lugares más relevantes. Y con los hombres a nuestro lado.